Luego de la fuga de capitales nacionales el 18 de febrero de 1983, el presidente venezolano Luis Herrera Campins eliminó la libre convertibilidad del Bolívar a 4,30 con respecto al dólar, ocasionando que la estabilidad que gozaba la moneda nacional desde la segunda década del siglo XX hasta ese momento (1983) llegó a su fin. A este hecho se le conoce como el “Viernes Negro” venezolano.
El “Viernes Negro” marcó un antes y un después en la historia de la economía del país, debido a que se tuvo que implementar el Régimen de Cambios Diferenciales (Recadi).
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Además, la causa del colapso del tipo de cambio fijo dado en el Viernes Negro fue una salida masiva de capitales en el año 1982 cuando el Banco Central de Venezuela (BCV) vendió una cantidad mayor a 50 millones de dólares diarios por la política económica calificada para ese entonces de “incoherente”. Por esta razón, las tasas de interés de Estados Unidos subieron.
Para ese momento, los venezolanos visualizaron un deterioro con respecto al poder adquisitivo, causado por las medidas económicas y la inestabilidad política que vivió el país esos últimos años del siglo XX, puesto que entre 1986 y 1988 la inflación alcanzó entre el 30 y el 40%.