A la periodista de economía Ahiana Figueroa le pidieron que escribiera su renuncia. No se esperaba que se la exigieran, a pesar de que su nombre figuraba entre los venezolanos que participaron en la resonante investigación de los Papeles de Panamá. Ya sabía que era una piedra en el zapato para los que manejan el Grupo Últimas Noticias, pero luego de seis años en su nómina se creía exenta.
“Jamás me imaginé que iba a pasar por algo así a pesar de lo visto aquí después de la venta”, comentó la reportera de más de 20 años de experiencia. Luego del cambio de dueño –antes pertenecía al empresario Miguel Ángel Capriles y ahora no se sabe de forma oficial a quién–, se le ha “pedido la renuncia” a los periodistas que no se han querido plegar a la nueva línea editorial de corte pro gobierno.
Desde octubre de 2013, han ingresado muchos periodistas afines al chavismo y la información incómoda que escriben es apartada y en algunos casos hasta eliminada. “Como ellos [la directiva] veían que no estaba totalmente alineada con el oficialismo, esto sirvió como una excusa para salir de mí y es posible que ya llevaran un tiempo queriendo hacerlo”, lamentó.
El Sindicato Nacional de los Trabajadores de la Prensa (SNTP) se puso de su lado el 12 de abril. El organismo asegura que fue despedida “por la gerencia de la empresa editorial cuyos accionistas se desconocen, pero que mantiene una línea editorial favorable al Gobierno de Nicolás Maduro” y que dicho despido no solo viola su fuero profesional, sino también la Constitución y la Ley Orgánica del Trabajo.
Figueroa contó que no avisó a sus superiores que estaba participando en ese proyecto porque le exigieron confidencialidad. Además, comentó, la mayoría de los periodistas “matan tigres” y no les notifican a sus jefes, como lo exige el contrato colectivo. Ella esperaba ese mismo tipo de flexibilidad en su caso.
Lo peor de todo, dijo, es que ni siquiera escribió sobre alguien del Gobierno.En su texto titulado “Gonzalo Tirado: un plan para esconder el dinero que captó como banquero”, no menciona a ningún funcionario público. El problema es que los primeros trabajos de los Papeles de Panamá denunciaban la riqueza de la enfermera del expresidente Hugo Chávez, Claudia Díaz Guillén, y del directivo de Pdvsa, Eudomario Carruyo. Quizás la junta directiva liderada por Héctor Dávila esperaba que el texto de Figueroa tocara la fibra más delicada de un personaje de alto rango.
La excusa
El domingo 27 de marzo salió a la luz pública la primera entrega, la lista de los periodistas que participaron en la investigación y una síntesis que explicaba de qué se trata ese proyecto para exponer la corrupción.
Un día después, Dávila se mostró “molesto” porque ella, empleada de Últimas Noticias, había participado en los Papeles de Panamá. “Pidieron a Recursos Humanos que evaluaran mi situación y que revisaran el contrato colectivo para ver qué ocurría cuando un reportero de la planta colaboraba con otros medios”, relató. Todavía no había sido publicado su trabajo –lo expusieron el viernes 1 de abril- y ya la habían hecho a un lado.
Figueroa es la única a la que se le ha “pedido la renuncia” entre los periodistas venezolanos que participaron porque los otros medios son independientes. “Esto lo hice obligada porque me dijeron en mi cara que la directiva me iba a botar por los Papeles de Panamá con la excusa de que violé una norma del contrato colectivo”. Se agarraron de un formalismo que disfraza una medida política.
Reconoce que le entristece lo que sucede con su oficio en el país, donde los poderosos utilizan su supremacía para aniquilar lo que incomoda su paso. Está decepcionada porque no tomaron en cuenta su trayectoria en el medio y la descartaron sin pestañear, pero no se arrepiente porque hizo lo que le gusta y le apasiona.
La periodista de Últimas Noticias no fantaseó con la conmoción que causarían los Papeles de Panamá, pero lo que más le chocó es que luego de seis años de trabajar para ese medio, no titubearon ni un día en dejarla ir por reservarse sus andanzas –o por simplemente participar en la investigación. Nunca pensó que iba a terminar siendo la noticia. “Inocentemente de alguna manera intenté mantener el secreto”, confesó.
