Dos familias en el municipio Valera del estado Trujillo viven sumidas en la pobreza. Su casa, que se encuentra en ruinas, queda ubicada en una zona de alto y podría derrumbarse en cualquier momento.
En una parte de la estructura en decadencia vive Lerdys Simancas junto a su madre y su hija de cuatro años. Solo cuentan con una cama de hierro y una colchoneta para poder dormir.
“Cuando llueve nosotros nos quedamos todos aquí unidos porque no tengo casi cama, tengo una sola y es donde yo acuesto a la niña, acuesto a mi mamá”, contó la joven de 20 años.
La casa no cuenta con tuberías ni baños por lo que sus habitantes deben improvisar y a diario caminar kilómetros para cargar recipientes con agua.
“A veces cocino frijol y como eso crece yo le echo aliñito, lo frito y así comemos todos. Aquí no hacemos desayuno, no hacemos nada. Yo digo vamos a hacer primero para el almuerzo y la cena, así comemos todos”, dijo Simancas.
Lerdys se dedica a cuidar a su hija y comentó que no busca trabajo porque no tiene quien se la cuide y siente temor de dejársela a alguien desconocido. “Ahorita hay mucha cosa que violan a las niñas y yo no voy a dejar que a mi hija me la violen, yo con nadie la dejo”.
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Una de las personas que comparte techo con Simancas es Jesús Manuel, quien no cuenta con un trabajo fijo y esporádicamente logra conseguir empleos que le dan pocos ingresos.
“Nosotros lo que queremos es que nos apoyen para una vivienda y ahí pues agradeceremos todo el apoyo y esperamos porque como ahorita vienen las elecciones de gobernadores y muchos prometen, vamos a ver si cumplen. A la espera de Dios”, aseguró Jesús.
