El Parque Joaquín Maneiro fue un sueño que jamás se cumplió. El espacio que era conocido como un pulmón vegetal del estado Nueva Esparta terminó convirtiéndose en una comunidad que no cumple con los necesidades básicas de quienes la habitan.
El proyecto de convertir las tierras, que pertenecían a la comunidad indígena guaiquerí, en un área recreativa se planteó en los años 70 cuando por la llegada del puerto libre creció la necesidad de tener un aeropuerto de mayor capacidad.
“Ciertamente venía aquí cuando estaba la pista ya y aquí era donde nosotros montábamos voladores y se comunicaba por allá con lo que es los bomberos esto era una autopista que hacía, jugaba uno por acá y bueno pero ya se pobló y gloria a Dios”, contó Oscar Salazar, quien reside hoy en la zona.
Esta era un área que era comúnmente visitada para disfrutar de la hermosa vista y la llegada y salida de los aviones a la isla pero poco a poco se fueron vendiendo e invadiendo ciertos sectores, ignorando la ordenanza municipal que indica que estas tierras clasifican para el uso de parques, plazas y áreas de carácter público.
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Quienes hoy viven en el espacio del que hubiera sido un parque recreacional pero no cuentan con los servicios públicos constantes.
“El agua se une al ciclo pero nunca viene como tal, la luz se va sin aviso, se nos han dañado algunos aparatos y esas cosas”, dijo Luisa Romero, quien pide a las autoridades la creación de una escuela, un liceo, un ambulatorio y una cancha para los vecinos del lugar.
