El ministro del Interior de Alemania, Horst Seehofer, declaró este domingo que quienes “no formen parte de las pocas excepciones autorizadas no podrán entrar” a ese territorio como protocolo preventivo para intentar controlar la posible propagación de las variantes de la covid-19.
La medida que ha sido duramente cuestionada por la Unión Europea supone el cierre de gran parte de la frontera con la República Checa y el Tirol austríaco.
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Al menos mil funcionarios policiales han sido desplegados en las zonas para hacer cumplir las restricciones, entre las cuales prevalecen:
– Se permitirá la movilización de ciudadanos alemanes, residentes del país y trabajadores esenciales con test negativo.
– Está autorizado el paso de transporte de carga, siempre y cuando presenten una PCR negativa.
Con este anuncio, el gobierno alemán reconoció que considera zonas de alto riesgo a República Checa, Eslovaquia y la región austriaca del Tirol, aunque tampoco descarta la imposición de restricciones y controles en localidades cercanas a la región francesa de la Mosela.
Todo esto ocurre en medio de una posición contradictoria por parte de la Unión Europea, quienes han alegado “que el virus no se detendrá con las fronteras cerradas”.