Llegamos a la primera temporada festiva del año. Unos días para apartarnos de nuestro trabajo y cotidianidad. En Venezuela, lo normal es irse unos días para la playa o incluso tomar un viaje corto hacia algunas de las grandiosas montañas que tenemos en nuestro país. Hasta hace no mucho tiempo, era un momento de escape familiar o de amigos, salir de la rutina del estudio o del trabajo y poder compartir con aquellos que más quieres.
Hoy, los carnavales en Venezuela se ven envueltos en serios y complejos problemas para celebrarlos y disfrutarlos. Hay una cantidad enorme de obstáculos que hay que sobrellevar para realizar un viaje. Tener dinero suficiente en la cuenta para realizar el viaje y no quedar totalmente descapitalizado para el resto del mes. Si vas en carro, almacenar suficiente gasolina para realizar el viaje ida y vuelta, amén de un Guardia Nacional que te quite tu stock de gasolina, y si vas en avión, cruzar la travesía que significa comprar los pasajes y luego la segunda parte de esa travesía que se llama Maiquetía y sus pormenores. Está el problema de los servicios públicos en el interior del país, donde en un buen % no sirven o simplemente no funcionan. Así que viajar en carnavales se ha convertido en toda una odisea nada agradable para los venezolanos.
Pero es que quedarse en casa también se ha vuelto un problema. Los niños están aburridos, el dinero igual no alcanza y, para ponerle la guinda al pastel, los servicios públicos también fallan o no sirven. Se los pongo así, hasta llenar una pequeña piscina inflable para que los niños puedan divertirse un rato se volvió imposible porque, simplemente, no hay agua para hacerlo.
¿Pero es todo esto motivo de desesperanza o son motivos para no estar alegres y celebrar en Venezuela?
Para este humilde servidor no. No son motivos suficientes para quebrarme ni para sentirme desesperanzado o desmotivado. Esta circunstancia que vivimos me hace seguir adelante en la lucha diaria que damos los venezolanos para sobrellevar nuestras vidas y seguir soñando con un mejor país.
Antes de iniciar las fiestas de carnavales, nuestro Presidente (E) Juan Guaidó nos indicó que a través del Pliego Nacional de Conflicto podremos unificar nuestros reclamos. Un paso hacia adelante en la construcción de la verdadera unión de los venezolanos de todas las regiones, posiciones políticas, religiosas, gremios, sindicatos, etc. Como hemos venido diciendo, necesitamos estar unidos y trabajar hombro a hombro para lograr salir del narco dictador usurpador y recuperar a Venezuela.
También hemos recibido noticias esperanzadoras de nuestros aliados en el extranjero. Desde Estados Unidos se asoman más sanciones y acciones frontales y puntuales para continuar el asedio en contra de del régimen usurpador y forzar su salida. El Grupo de Lima se pronunció contundentemente en contra de las supuestas elecciones parlamentarias propuestas por el régimen y el grupo de parlamentarios CLAP, y desde Europa, es cada vez más notorio y más sólida, la unión de los países de ese continente a favor de una solución rápida y efectiva en el conflicto venezolano.
Es así como, a pesar de estar viviendo unos carnavales muy grises y hasta casi negros, los venezolanos aún tenemos motivos para celebrarlos. No serán las mismas celebraciones a las que estamos acostumbrados, pero si debemos hacerlas con alegría y entusiasmo.
El mundo entero tiene la vista puesta sobre nuestro hermoso país y el mundo entero está trabajando cada vez más unido para lograr liberar a Venezuela del régimen opresor que hoy nos desgobierna. Es hora ya de que todos los venezolanos, en el país y en el exterior, nos unamos en torno a esta lucha para rescatar a nuestro país y poder hacerlo crecer como el país que siempre fue. El país de las esperanzas, de los sueños alcanzables, de la prosperidad y de la hermandad.
Venezuela volverá a ser la gran nación que siempre fue.
¡Dios bendiga a Juan Guaidó!
¡Dios bendiga a los venezolanos!
Y que ¡Dios bendiga a Venezuela! Felices Carnavales 2020
Por Jesús Fernández, concejal del municipio Hatillo.