Vacunas contra la covid-19 ¿Realmente seguras para las personas?

La pandemia de la covid-19 ha causado un impacto negativo sin precedentes en la humanidad, lo que ha afectado la economía y los sistemas sanitarios en todo el mundo. A su paso, 3 millones de muertes y 150 millones de contagios.

Grandes laboratorios y Gobiernos se abocaron a dar con una dosis o vacuna para combatir al nuevo coronavirus SARS-CoV-2.

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Al confirmarse la existencias de estas dosis para combatir la enfermedad, los países inmediatamente dieron inicio a un proceso de vacunación, teniendo como principales pilares las vacunas desarrolladas por Moderna, AstraZeneca, Pfizer y la Sputnik-V de Rusia.

A pesar de estar científicamente comprobadas, algunas de estas vacunas han causado efectos secundarios en la población, lo que he creado la duda de si realmente son seguras para la humanidad o si logran evitar que los ciudadanos se contagien de covid-19.

En el presente reportaje decidimos investigar más a fondo sobre el desempeño de estas vacunas y su capacidad para combatir la enfermedad.

A ciencia cierta todavía no se conoce si alguna de las vacunas creadas puedan destruir el virus en el organismo, lo que sí se conoce es que crean los anticuerpos necesarios para que no te llegues a contagiar tras recibir la dosis, situación que resulta bastante efectiva para evitar el aumento de casos en el mundo.

Protecciones que ofrecen las vacunas contra la covid-19

De acuerdo con la BBC, existen dos tipos principales de inmunidad que pueden generar las vacunas:

Inmunidad efectiva: Esta evita que un patógeno cause una enfermedad grave en el organismo, aunque no logra impedir que ingrese al cuerpo o haga más copias de sí mismo.

Inmunidad esterilizante: Este tipo evita el ingreso de la infección al cuerpo e incluso previene los casos asintomáticos.

De acuerdo con especialistas de la Organización Mundial de la Salud y universidades como la Jonhs Hopkins y la Universidad de Nottingham han determinado que la eficacia de las vacunas se ha medido por su capacidad de prevenir el desarrollo de síntomas, debido a que todavía no cuentan con los datos necesarios para saber si logran combatir la infección.

¿Es posible evitar el virus tras vacunarse?

De acuerdo con sucesos en personalidades importantes todo parece indicar que sí. Uno de los casos más importantes hasta la fecha ha sido el presidente de Argentina, Alberto Fernández, quien a dos meses de recibir la vacuna rusa (Sputnik-V), resultó contagiado del virus.
Según informaron los centros de investigación, el principal problema se debe a que estas vacunas todavía se encuentran en una etapa muy temprana para determinar si realmente logran evitar el virus, especialmente ante el constante cambio en el genotipo del virus, el cual complica aún más su erradicación.

Esto se debe a que cada vez que la covid-19 pasa de una persona a otra se vuelve más fuerte, motivado a que desarrolla nuevos patógenos para combatir los anticuerpos del ser humano en el que se encuentre.

“Las vacunas se encuentran en una fase muy temprana y realmente no se saben los efectos que puedan causar contra el virus”, expresó la doctora venezolana Osmary Urdaneta, que reside en la ciudad de Orlando, Estados Unidos.

La última cifra conocida de efectividad de la Sputnik-V contra la pandemia de la covid-19 fue de 92 %, según un artículo publicado por la revista científica The Lancet, lo que la convierte en una de las curas más eficasez contra el virus. Sin embargo, esto no evita que las mutaciones como la brasileña (P1) puedan doblegar a la vacuna.

A pesar de estos sucesos negativos, existen casos de personas que han dado positivo a la pandemia y no poseer los síntomas, siendo este el principal objetivo de las dosis, tratándose de una manera para frenar la pandemia hasta encontrar una cura que erradique las bacterias del cuerpo.

De igual manera existen problemas secundarios, como los trombos cerebrales han sufrido las personas vacunadas con las dosis de Pfizer y AstraZeneca, las cuales han causado incluso la muerte de varios inmunizados, situación que alertó a la comunidad internacional.

“Los efectos secundarios puedes ser incluso más letales que el virus en sí, por lo que es importante que los laboratorios trabajen en solucionar este tipo de problemas”, sentenció Urdaneta.