El fiscal general de la administración de Nicolás Maduro, Tarek William Saab, admitió este viernes que el capitán de Coberta, Rafael Acosta Arévalo, murió por torturas realizadas por dos militares encargados. Por está razón, el Ministerio Público imputó a dos uniformados adscritos a la Dirección de Contrainteligencia Militar por homicidio calificado.
El Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) leal a Maduro había anulado la imputación en el caso por “homicidio preterintencional” para llevar a cabo la nueva investigación, donde están involucrado los tenientes Estiben José Zárate Zoto y Ascanio Antonio Tarascio Mejía.
Los cargos que se le imputan son por homicidio calificado y tortura y delitos de mayor gravedad.
En el mes de junio del 2019, la esposa de Acosta Arévalo denunció la desaparición forzosa de su marido en manos de funcionarios de seguridad de Nicolás Maduro, quienes se lo habían llevado por “conspirar por un intento de golpe de Estado”. En ese entonces, Tamara Suju era representante de la presidencia encargada en República Checa y explicó que al militar lo llevaron a las afueras de Caracas, donde lo golpearon, lo desnudaron y lo torturaron.
El 28 de junio, Acosta fue llevado a la audiencia de presentación en silla de ruedas y con signos de tortura en su cuerpo. No obstante, el juez, al ver su estado de salud, ordenó que lo atendieran en el Hospital Militar, donde falleció.
Este caso ha sido uno de los más controversiales en materia de Derechos Humanos. Incluso, la alta comisionada de las Naciones Unidas para los DDHH lo reportó en su informe del 2019 y otras instancias internacionales condenaron el suceso.
