(Oriana Barroso). Mark Chapman, el asesino del cantante y compositor británico, John Lennon, quien cometió el crimen el 8 de diciembre 1980 en Nueva York, solicitará a las autoridades penitenciarias por décima vez, que le concedan la libertad condicional, alegando su “buen comportamiento” desde el año 1994.
Chapman, quien se encuentra recluido en la prisión de alta seguridad de Wende, en el estado de Nueva York, en reiteras oportunidades ha expresado su “arrepentimiento” por cometer el asesinato del exmiembro de The Beatles en 1980, por lo que pedirá este mes “libertad condicional”, a sus 63 años, a la Junta de Libertad Condicional del estado, solicitud que ha realizado desde que cumplió en el año 2.000 20 años tras las rejas, y le ha sido denegada la libertad condicional en nueve ocasiones, según lo reseñó el portal web Infobae.
El recluso estadounidense fue condenado por el crimen en agosto de 1981, y su última petición de libertad fue en agosto de 2016, pero al realizarla su pedido fue rechazado, “siento que ahora, a los 55, tengo una mayor comprensión de lo que es una vida humana, he cambiado mucho. Estoy avergonzado. Ese es mi primer pensamiento.
Lamento lo que hice”, expresó en aquella oportunidad Chapman, argumento en el que insistirá en la junta de libertad condicional.
Medios locales, entre los que destaca El diario Daily Mail, reseñaron que las autoridades reconocieron en varias ocasiones que desde el año 1994, Chapman tiene un historial penitenciario “limpio”, pero que su actuación con premeditación y en busca de una celebridad a quien quitarle la vida, su libertad implicaría ir “contra la ley”.
La viuda del artista, Yoko Ono ha declarado en varias oportunidades, que se opone rotundamente a la liberación de Chapman, a través de cartas que instan a las autoridades a negarle la libertad porque teme por su seguridad y a la de su familia.
Lennon y su esposa se encontraban a las afueras del edificio de apartamentos Dakota, en Nueva York cuando Chapman disparó cinco veces al artista, de las cuales cuatro balas le alcanzaron en la espalda, el convicto permaneció en el lugar de los hechos hasta que fue arrestado por la policía, y se declaró culpable del delito.