En la capital de Francia, París, los venezolanos que se han quedado varados por la pandemia del covid-19 han encontrado una mano amiga en la maestra Emilda Velazco, una venezolana que vive en ese país desde hace más de 30 años que se ha ganado el cariño de sus compatriotas.
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Mientras se mantiene alejada de la escuela en la que imparte clases de español, Velazco ha encontrado una suerte de terapia en ayudar a personas que provienen de su tierra de origen, pero que no pudieron volver por las medidas de cuarentena.
“Cuando aporto algo a alguien, me da satisfacción”, contó a VOA, quien ha prestado su colaboración con jóvenes que duermen en las calles de una desolada París, ante los riesgos que ello conlleva.