La comunidad católica en el mundo recuerda a San Juan Bosco este 31 de enero, día de su fallecimiento.
Sacerdote, educador y escritor italiano, dedicó su vida a la Iglesia, así como a la vida de servicio a los jóvenes, en recuerdo de Jesucristo.
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Entre sus enseñanzas, perdura con intensidad en la iglesia católica aquellas palabras sobre la felicidad en Cristo: “Hacemos consistir la santidad en estar siempre alegres (…) uno solo es mi deseo, que sean felices en el tiempo y en la eternidad”.
Su servicio inició cuando solo era un niño. De adulto, Bosco contó que cuando tenía nueve años tuvo un sueño: un grupo de muchachos se peleaban entre ellos, y a él intervenir de forma violenta, se le apareció Jesús y le enseñó que la confianza de la juventud debía ganársela con mansedumbre y caridad.