Cifras presentadas por la consultora española ICSA Grupo y la Escuela de Alta Dirección y Administración (EADA), informa que la nación ibérica se encuentra a las puertas de un estancamiento del incremento salarial, aunque las remuneraciones para los directivos de empresas, pequeños comercios o instituciones seguirán presentando un crecimiento leve y una considerable diferenciación con respecto al pago de los empleados de base.
El informe realizado por ambas firmas, que recopila datos desde el inicio de la crisis económica provocada por la Covid-19, detalla que el salario de los representantes o directivos aumentó 25,55%, mientras que el de un trabajador solo alcanzó 20%.
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Para mediados de 2020, el salario medio bruto de los empleados se situó en 23.531 euros, seguido por los cargos medios en más de 43.000 euros, y el de los directivos por encima de los 80.000 euros, casi cinco veces lo devengado por sus subordinados.
Esta brecha no solo se toma dentro de las industrias, también se ve evidenciada entre comunidades autónomas, por ejemplo: Madrid encabeza la lista debido a que los directivos pudieran tener un ingreso superior a los 90 mil euros y en Cataluña (más de 85.000 euros), sin embargo, el ser un empleado base en ambas regiones solo les permite obtener sueldos por el orden de los 20 mil euros.