La costa de Perú sufrió un nuevo derrame de petróleo luego que una fuga se produjera mientras realizaban labores en un ducto submarino de la refinería de Repsol para investigar las causas del gran derrame del 15 de enero.
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El Ministerio del Ambiente peruano no ha precisado la cantidad de crudo vertido en el mar nuevamente el pasado martes, mientras que cientos de brigadistas trabajan en las playas de Perú para limpiar los 6.000 barriles de petróleo derramado días atrás.
Para el primer accidente, la compañía petrolera se lo atribuyó al oleaje causado por la erupción volcánica en Tonga, pero en esta ocasión respondió que el combustible “se había filtrado a pesar de haber realizado los trabajos para retirar el crudo, previamente a la ejecución de la inspección y reparación” del ducto.
La Marina de Guerra de Perú dijo en un comunicado que el martes, durante un vuelo de inspección para monitorear la zona afectada por el primer derrame, la tripulación observó una “mancha oleosa” en las inmediaciones del ducto de la refinería.
El crudo derramado el 15 de enero se expandió a lo largo de la costa, causando la muerte de aves y animales marinos, además que afectó 21 playas, según el Ministerio de Salud. También dejó sin trabajo a cientos de pescadores de la zona.
