La crisis económica y social que atraviesa Venezuela afecta a todos por igual, incluyendo a las mascotas.
La migración también ha causado un impacto. Es que con ella, una gran cantidad de mascotas fue abandonada en la calle o dejados en organizaciones sin fines de lucro, de acuerdo con las múltiples denuncias que podemos apreciar en redes sociales.
Hay quienes no se atreven a hacerlo y trabajan a diario para poder cubrir con los gastos del hogar y no dejar atrás a sus animales domésticos, pero esto puede ser un reto sobre todo para quienes ganan salario mínimo.
“Cada consulta costaba $20 y las vacunas $30, las tres primeras que se colocan. La última costó $15 y después del año le toca su vacuna antirrábica”, contó a VPItv Ángel Jeffrey Campos, dueño de una chihuahua,
A estas cifras se les debe agregar el precio de la comida que varía si se les da perrarina u otro tipo de alimentos.
Los dueños también deben tener en cuenta que una emergencia veterinaria puede llegar a costar $75 por día en un centro privado.
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“Nosotros lo llevamos a pasear y un perro del mismo urbanismo lo mordió y le hizo una herida en el estómago. Eso no estaba dentro de los costos pero fue bastante grande porque hubo una operación, él se vio bastante delicado, fueron muchos gastos, incluyendo medicamentos”, explicó Campos.
Sin embargo, para el joven tener un perro va mucho más allá de ser una carga económica y es que son una compañía que siempre está dispuesta a dar amor y producir felicidad a su dueño.
“Nos trae esa alegría que a veces nos quita el estrés de cada día. Llegas a la casa y es el primero que te recibe con esa gran alegría y no se cansa. Puedes salir tres veces al día y las tres veces te va a recibir con emoción. Ha influido de manera positiva”, aseguró Ángel.
