El conglomerado de entretenimiento Disney perderá los derechos de autor de la primera versión conocida de Mickey Mouse, revelada al mundo hace poco menos de 100 años. La medida aplicará con base a las leyes en Estados Unidos sobre la propiedad intelectual.
Aquellas obras creadas en EE. UU. de manera anónima, semianónima o por un empleado como parte inherente de sus funciones, cuentan con una protección de autoría de 95 años, tiempo que caducará dentro de poco, al haber sido revelada en 1928 la primera versión del ratón animado.
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A diferencia de la versión primigenia, que apareció en el cortometraje animado “Steamboat Willie”, las siguientes seguirán protegidas hasta que cumplan 95 años de su publicación, siempre y cuando el ratón cuente con el reconocimiento de marca comercial.
La caducidad de Disney sobre el personaje se sustenta en la cláusula de patentes y derechos de autor de la Constitución estadounidense, la cual establece que el Congreso está facultado para “promover el progreso de la ciencia y de las artes útiles, asegurando a los autores e inventores el derecho exclusivo a sus respectivos escritos y descubrimientos durante un tiempo limitado”.
Algunas personalidades como Elon Musk apoyan el que Dysney pierda el poder sobre el personaje. El magnate también ha expresado su venia a la moción que impulsa el senador republicano Josh Hawley sobre una legislación que limite la protección de los derechos de la compañía.
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Paralelamente a lo propuesto por Hawley, el gobernador de Florida, Ron DeSantis, también pidió a la legislatura estatal que revoque una ley que permite a Walt Disney World operar como gobierno en sus propiedades en el estado.
“Considerarán el mapa legislativo, pero también considerarán el final de todos los distritos especiales que fueron promulgados en la Florida antes de 1968, eso incluye el distrito Reedy Creek Improvement”, declaró DeSantis.
La petición del gobernador se da en el contexto de las tensiones entre su despacho y la compañía por la nueva Ley de Derechos Parentales de Educación, que los opositores llaman “Ley no digas gay”.
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