Durante su primer discruso como presidente de Estados Unidos, Joe Biden afirmó que no se arrepentía del diametral viraje que el país dio a la política migratoria, fuertemente antiextranjera por parte de su predecesor, Donald Trump, cuya bandera electoral fue la construcción de un muro en la frontera con México.
Por: Yesxander Guitian
“No me disculpo por poner fin a programas que no existían antes de que Trump asumiera la Presidencia y que tienen un impacto increíblemente negativo en la ley, el derecho internacional y la dignidad humana”, asintió Biden el 25 de marzo de 2021, en la primera ocasión que se dirigía a la nación en calidad de jefe de Estado y frente a una creciente crisis migratoria en la frontera sur, según lo que recoge el portal France24.
Pese a que este giro de timón suponía una especie de alivio para quienes buscan un mejor futuro, esto también le valió a la nueva administración estadounidense una marejada de críticas, de cara a un escenario que se perfilaba como complicado por los embates de la pandemia de la covid-19 y las consecuencias de la guerra arancelacia con China que tuvo lugar durante la gestión Trump.
En enero de 2021, Estados Unidos registraba aproximadamente un millón de solicitudes de asilo, según la data del Centro de Información y Acceso de Registros Transaccionales (TRAC, en inglés) de la Universidad de Syracuse, en Nueva York. El número tuvo un incremento superior a 100% para julio de 2022, ubicándose por encima de los dos millones.
Desde el TRAC alertan que esta cantidad de trámites sobrepasa la logística jurídica de Estados Unidos, lo cual se traduce en una especie de colapso. De acuerdo con la Asociación Nacional de Jueces de Inmigración (NAIJ, en inglés), la Corte de Inmigración (EOIR) contaría con unos 600 jueces activos como máximo. Más aún, la resolución de estos casos le tomaría al sistema un plazo superior a tres años.
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Estados Unidos ha registrado una crisis que, durante los últimos 12 meses, producto de la migración masiva desde Latinoamérica y Centroamérica por la crisis en las economías del continente, el impacto de la pandemia, las dificultades para la regularización de extranjeros y la llegada de políticos de tendencia izquierdista.
La nación ha atravesado, además, episodios de gran polémica por casos como el registrado en Texas, protagonizado por agentes fronterizos a caballo persiguiendo a migrantes en Estados Unidos o las recientes muertes de indocumentados dentro de camiones en estados como Arizona. Más aún, la situación alcanzó niveles alarmantes por los ahogados en el río Bravo.
Sin embargo, uno de los puntos que se acredita a favor la actual administración es la aprobación del Estatus de Protección Temporal (TPS, en inglés) para los venezolanos en marzo de 2021, siendo esta una de las principales solicitudes por parte de la comunidad, medida que fue extendida hasta ese mes del año 2024.
La medida le permite a los venezolanos amparados por esta la oportunidad de aplicar por el permiso de viaje, conocido como advanced parole (Formulario I-131), para que puedan entrar y salir del país, así como un permiso de trabajo, según lo explicado a VPItv por el abogado migratorio Guillermo Nolivos.
Los Servicios de Ciudadanía e Inmigración (Uscis, en inglés), han precisado que los beneficiarios del TPS podrían ser elegibles por sus cónyuges, padres o hijos estadounidenses para acceder a la residencia permanente, incluso si las personas ingresaron a Estados Unidos de manera irregular. Sin embargo, destacó que no se trata de una vía expedita para obtener ese estatus.
“La solución que se consiguió fue otorgar un permiso de viaje especial distinto al conocido como “advance parole” para que estos puedan salir y regresar. Entonces se entendería que las violaciones migratorias anteriores quedarían subsanadas y luego se procedería a ajustar el estatus”, explicó Nolivos para VPITV.
No todo ha sido malas noticias, pero…
Biden obtuvo muy buenas opiniones con relación al manejo de los flujos migratorios al cumplir sus 100 primeros días, considerados como “notablemente activos” por la analista del Instituto de Política Migratoria (MPI), Jessica Bolter, quien destacó unas 94 acciones de la actual administración en materia de extranjería, en contraste con su predecesor.
Una opinión similar compartió Maureen Meyer, de la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA), tras aseverar que el viraje migratorio de EE. UU. bajo Biden le dio un “aire fresco” al tema.
Por su parte, el director de política del American Immigration Council (AIC), Jorge Loweree, declaró para la agencia EFE que al inicio de la actual presidencia había “una nueva dirección con respecto al tratamiento de los inmigrantes”. Aún así, el ejecutivo declaró para entonces que había “mucho trabajo por hacer para reparar el daño causado por la administración Trump y garantizar que los beneficios previstos por los cambios de política del presidente Biden se vean plenamente”.
Pero a poco más de 19 meses de la actual administración, y el avasallante número de migrantes que llegan por la frontera con México, algunos analistas afirman que la metamorfosis en ese punto del país ha complicado el panorama para las autoridades.
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Según el director asociado de estudios de inmigración del Instituto CATO, David Bier, citado por la cadena de televisión anglohispana CNN en español, hay un “cambio radical”, y un “nuevo fenómeno del que nadie habla”, derivado de las personas con otras nacionales fuera de Centroamérica que llegan a la frontera, factor que complica el escenario.
Dado este nuevo fenómeno, Bier descartó que los flujos migratorios disminuyan en el corto plazo, más aseveró que podría continuar “por décadas” si el gobierno estadounidense no cambia la táctica.
“La administración Biden no puede simplemente mantener el mismo viejo libro de jugadas en respuesta a esta nueva realidad sin precedentes. En el mejor de los casos, es ingenuo pensar que esta situación no podría continuar durante década”, aseveró el experto vía Twitter.
Para Bier, un posible factor que podría voltear la mesa es que disminuya la demanda de trabajadores inmigrantes, lo cual se daría en caso de una posible recesión económica, seguida de una recuperación del empleo.
Here's what it looks like altogether. The idea that this situation couldn't continue for decades is naive at best. The best restrictionists can hope for is that another crushing recession with a terrible employment recovery will cut off demand for immigrant workers. pic.twitter.com/8BRMIpuzZ4
— David Bier (@David_J_Bier) June 29, 2022
Con relación al punto expuesto por Bier, y según lo declarado a CNN en español, la directora del Programa de Política de Inmigración de Estados Unidos (MPI, en inglés), Doris Meissner, ratificó que esta pluralidad de nacionalidades “hace que la ejecución de políticas en la frontera sea aún más complicada”.
“Estas poblaciones requieren diferentes tipos de respuestas. No hemos establecido un sistema de asilo que esté en modo alguno a la altura del reto que supuso este cambio (…) Necesitamos desesperadamente que el Congreso aborde las leyes de inmigración y haga posible que haya otras vías legales para venir a Estados Unidos”, puntualizó a CNN la agremiada senior del MPI.
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