Una nueva escalada de tensiones entre Taiwán, China y Estados Unidos ha tomado protagonismo. De acuerdo con la agencia de noticias AP, fuentes no identificadas señalaron que la presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi, tenía como plan volar a Malasia y pasar la noche en la capital.
Todo esto en medio de una fuerte amenaza de China de “consecuencias desastrosas” si “Estados Unidos gestiona mal el estrecho”, dijo la portavoz Hua Chunying en referencia al arribo de la política estadounidense a Taiwán. Es “difícil imaginar una acción más temeraria y provocadora que la visita de Pelosi”, agregó Hua.
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La administración china también indicó que el país norteamericano pagará el precio de una visita de Pelosi a Taiwán. “Estados Unidos cargará con la responsabilidad y pagará el precio por socavar la soberanía y la seguridad de China”, indicó a la prensa Chunying.
La retórica oficial por parte de Washington, en boca de su secretario de Estado, Antony Blinken, es la de “implementar todas las políticas exteriores a las que se ha comprometido y reconoce su Gobierno”.
¿Qué pasa?
China considera a Taiwán parte de su territorio. Ambas naciones se separaron en 1949 tras la victoria de los comunistas en una guerra civil en el territorio continental. Estados Unidos sostiene relaciones y lazo de defensa con la isla a pesar de reconocer al Gobierno chino. Joe Biden ha declarado en varias oportunidades que tomaría parte a favor de Taipéi en caso de un conflicto.
Por su parte, Pelosi inició su gira por Asia en Singapur el lunes, pero su posible visita a Taiwán escaló las tensiones. Está previsto que el jueves se reúna con su homólogo de Corea del Sur, Kim Jin Pyo, en Seúl para abordar la seguridad en la región indopacífica, la cooperación económica y la crisis climática, según la oficina de Kim. También visitará Japón.
