Autoridades rusas dictaron dos meses de prisión preventiva a 10 jóvenes que participaron en las recientes protestas contra el presidente Vladimir Putin. Estos podrían enfrentar una condena de hasta ocho años por presunta agresión a los cuerpos de seguridad. El caso fue calificado como “fabricado” por defensores de los Derechos Humanos y la oposición en ese país.
El líder del partido Libertario ruso, Serguéi Boiko, aseguró a medios locales que las manifestaciones son de carácter pacífico y fue enfático en señalar al actual gobierno como el responsable de los focos de violencia. “El que busca el conflicto es el Kremlin. No hubo ningún disturbio. La ley dice que disturbios es cuando se vuelcan autobuses, se queman carros, se lanzan piedras. Nada de eso ocurrió. El Servicio Federal de Seguridad quiere una revolución para recibir nuevos privilegios”, indicó.