Otro ataque suicida con explosivos se registró el pasado viernes en una mezquita chií en el sur de Afganistán, dejó al menos 37 muertos y más de 70 heridos, de acuerdo con las autoridades locales.
El grupo extremista autodenominado Estado Islámico (EI) se atribuyó la autoría del atentado en la mezquita de Fatimiya, en la provincia de Kandahar, el cual se produjo una semana después de un atentado reivindicado por la filial local de la EI en una mezquita chií en el norte de Afganistán, donde fallecieron 46 personas.
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La milicia radical explicó en un comunicado publicado el viernes en la noche en redes sociales que dos de sus miembros dispararon y mataron a los guardias de seguridad que custodiaban la entrada al templo. Uno de los combatientes detonó sus explosivos a la entrada de la mezquita y el otro en el interior, agregó.
La agencia de noticias de EI, Amaq, identificó en un comunicado a los dos suicidas como Anas al-Khurasani y Abu Ali al-Baluchi, ambos de nacionalidad afgana.
Por su parte, los talibanes se han comprometido a restaurar la paz y la seguridad tras décadas de guerra y dieron garantías a Estados Unidos de que no permitirán que Afganistán se utilice como base para perpetrar ataques extremistas contra otros países, pero estos atentados ponen en duda la capacidad del Talibán para contrarrestar la creciente amenaza del Estado Islámico, según analistas expertos en el tema.