Un sismo de 5,8 grados en la escala de Richter sacudió la isla de Creta, la mayor de Grecia, el pasado lunes. El temblor, que generó daños en decenas de edificios y carreteras, causó la muerte de una persona y otras 35 resultaron heridas.
El Instituto Geodinámico de Atenas indicó a través de su página web que el seísmo se registró a las 9:17 a.m. (hora local) y agregó que el epicentro estuvo situado 22 kilómetros al sureste de Heraclión, la capital de la isla.
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El vicealcalde de Minos, Ioannis Drakakis, detalló que el fallecido era un hombre que participaba en los trabajos de restauración de una iglesia, la cual se derrumbó. El resto de operarios se encontraban fuera del lugar y resultaron ilesos. Los 35 heridos fueron trasladados al hospital en su mayoría con fracturas óseas.
Durante toda la mañana las réplicas del terremoto continuaron sucediendo y las escuelas de la isla fueron completamente evacuadas.
“Este terremoto no ha llegado sin habernos mandado varios avisos. Llevamos viendo actividad sísmica desde hace varios meses. Ha sido un terremoto fuerte, y no ha ocurrido bajo el mar sino bajo tierra, por eso ha afectado más a regiones con población”, dijo el sismólogo Gerasimos Papadopulos a la televisión pública griega ERT.
El gobierno de Atenas activó poco después el plan de rescate y salvamento. Según explicó el ministro griego de Protección Civil, Jristos Stylianidis, equipos de rescate, bomberos, policías y perros rastreadores fueron enviados a la isla para rescatar a las personas que podrían quedar aún bajo los escombros.
