Samuel Yackua es un habitante de Cumaná en el estado Sucre (Venezuela) que perdió su hogar y a su familia por la adicción a las drogas y el alcohol.
“Yo llegué a Cumaná y llegué fue fumando droga, bebiendo ron, robando. Ya ahorita no, ya yo estoy viejo, no me resulta”, contó Yackua, quién hoy vive en la calle y sobrevive gracias a las sobras que consigue entre la basura.
Científicamente se ha demostrado que la dependencia al alcohol causa conflictos en las relaciones interpersonales y la desestructuración personal. En el caso de Venezuela, expertos aseguran que la realidad socioeconómica lleva a hombres y mujeres a refugiarse en él. “Era alcohólico, la droga me estaba matando”, dijo Samuel.
Un estudio realizado por la revista panamericana de la salud señala que al menos el 3% de la población venezolana mayor de 15 años sufre de alcoholismo.
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Las personas que tienen esta adicción solo pueden recurrir a los grupos de alcohólicos anónimos privados, ya que según la Organización Mundial de la Salud (OMS) en el continente suramericano no existen políticas nacionales para darle solución a este problema.