Michael Louis, identificado como el autor del tiroteo en un hospital de Tulsa, Oklahoma, que terminó con cuatro personas muertas, tenía como objetivo asesinar a un médico cirujano al que culpó de algunas dolores postoperatorios en la espalda.
Lo ocurrido en el hospital Saint Francis es hasta ahora el último episodio violento con armas de fuego registrado en Estados Unidos, y pocos días después de la masacre ocurrida en Uvalde, Texas, en la que murieron 21 personas.
Según el reporte policial, el cirujano Preston Phillips operó recientemente a Louis, y este último llamó al galeno para informarle sobre sus dolencias tras la cirugía. El atacante había dejado una carta en la “que dejaba claro que entró con la intención de matar al doctor Phillips y a cualquiera que se interpusiera en su camino”, dijo el jefe de la policía de Tulsa, Wendell Franklin.
“Culpaba al doctor Phillips del dolor continuo tras la operación”, señaló el jefe policial durante una rueda de prensa. Sobre los fallecidos por el ataque, Franklin informó que se tratan de otro médico, una recepcionista y un paciente. “Se interpusieron y Lewis los abatió a tiros”, agregó.
En respuesta a la tensión en el país por estos hechos, el presidente Joe Biden se ofreció una declaración este jueves en la que exhortó al Congreso a promulgar leyes para el control de armas, bien sea por prohibición o regulación, esto tras haberse reunido con las familias de los fallecidos en Búfalo y Uvalde.
#AhoraVPItv | En Tulsa, Oklahoma, autoridades policiales confirmaron que el autor del tiroteo, Michael Louis, tenía como objetivo asesinar a su cirujano, quien le había practicado una operación.
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— VPItv (@VPITV) June 3, 2022
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