Detenidos, incomunicados, con una pobre alimentación y durmiendo en delgadas colchonetas, así se encuentran siete menores de nacionalidad venezolana, tratados como migrantes ilegales en Trinidad y Tobago.
Junto a este grupo de niños, permanecen detenidos 11 adultos (9 mujeres y 2 hombres), permanecen bajo custodia de las autoridades en el helipuerto de Chaguaramas, 13 kilómetros al oeste de la capital trinitaria de Puerto España.
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Varios meses en la zozobra
El caso se remonta al pasado 11 de noviembre de 2020, cuando un grupo de ciudadanos venezolanos se aventuró en lanchas a ingresar a Trinidad, huyendo de la crisis social y económica de su país.
Por orden judicial de la Justicia de esa nación, todos debieron ser expulsados y devueltos a Venezuela, sin embargo esta no se llevó a cabo. Mientras tanto, el grupo de personas siguen en la zozobra en los lugares donde permanecen detenidos.
Un juez los indultó y detuvo la expatriación, por lo tanto los 27 migrantes debieron ser puestos en libertad, pero solo nueve de los menores fueron liberados.
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“No se les permite visita y no tienen acceso a una llamada telefónica (…) tienen una medida cautelar de protección de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). No se ha cumplido”, indicó sobre este caso la abogada especialista en derechos humanos, Karla Henríquez, consultada por AFP.
“No tienen una buena alimentación, los niños ya se han enfermado en varias ocasiones, no nos dejan pasarles medicamentos o alimentos”, expresó a la misma agencia un familiar de los niños detenidos.