Cerca de 400 funcionarios policiales en Argentina fueron suspendidos, el pasado martes, y quedaron al borde del desempleo luego de participar en una protesta por el incumplimiento de su salario en un periodo de cinco meses.
Los policías, uniformados y armados, rodearon la residencia oficial de Olivos, en Buenos Aires (sede del Ejecutivo), pese a que el presidente Alberto Fernández no se encontraba.
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Sobre este hecho, el ministro de Seguridad de la provincia de Buenos Aires, Sergio Berni, recalcó que los trabajadores de la ley “no cumplieron con su misión ni con la ley”.
Debido a la sanción, los uniformados entregarán su arma reglamentaria y su placa. El gobierno argentino aseguró que otros 1.800 policías son investigados por la oficina de Asuntos Internos por su presunta participación en estas protestas, por lo que la lista de sancionados podría ser más larga.
La administración argentina condenó la protesta pero se comprometió a mejorar los salarios de los policías.
Foto principal: Reuters