Personas en el mundo han expresado su preocupación al tener que enfrentar un difícil proceso luego de perder a un familiar contagiado de coronavirus.
Los países más perjudicados por el virus han desafiado una dura crisis sanitaria así como tratar una desenfrenada cantidad de decesos
Guayaquil, una ciudad con crisis funeraria
La ciudad de Guayaquil, Ecuador, ha vivido una de sus peores semanas durante la crisis funeraria que se ha desatado desde mediados de marzo.
Las imágenes de decenas de ataúdes y cuerpos expuestos en las calles ante la falta de opciones para inhumarlos mostraron una de las peores caras de la pandemia de covid-19 en el mundo.
Además del colapso del sistema de salud en la provincia de Guayas, la más afectada por la enfermedad en Ecuador, otra parte del problema es el temor que genera el manejo de cadáveres.
Las dudas sobre qué hacer y cómo manejar los cuerpos de los fallecidos con covid-19 o incluso de los casos sospechosos no solo persisten en el país sudamericano.
Sepulteros en Brasil trabajan sin cesar
Brasil, el país con el mayor número de contagios y fallecidos en América Latina, llegó a registrar en tan solo 24 horas 407 muertes, sumando un total de más de 3.300, esto de acuerdo al último reporte divulgado por el Ministerio de Salud.
Los sepultureros del distrito de Vila Formosa, en Sao Paulo, están trabajando a un ritmo agotador, ya que su carga se ha duplicado a casi 60 entierros por día. Los enterradores expresaron que el coronavirus está matando silenciosamente mucho más de lo que muestran las estadísticas oficiales.
“Una hilera de tumbas debía durar tres meses, pero sólo dura uno”, dijo un trabajador.
Asimismo, cinco sepultureros informaron a Reuters que la cantidad de entierros aumentó con la cantidad de personas que murieron antes de recibir sus resultados de las pruebas del virus.
La cremación es poco común en Brasil, sus tradiciones católicas son profundas. En la ciudad de Sao Paulo, operan alrededor de 22 cementerios pero sólo un crematorio público.
México recomienda evitar funerales
En Ciudad de México, las autoridades locales indicaron sus propias recomendaciones, como la de no celebrar funerales ni practicar necropsias, además de que se prohibieran los traslados fuera de la ciudad.
Los familiares y seres queridos de una víctima fallecida por coronavirus, deben esperar a que el personal capacitado y con protección adecuada prepare el cadáver para su entierro o incineración.
OMS: No es necesario incinerar las pertenencias del difunto
La Organización Mundial de Salud (OMS) explicó que no es necesario incinerar o eliminar las pertenencias del difunto, pero si se deben tener precaución con la manipulación de los cuerpos utilizando guantes y su lavado con detergentes, así como la desinfección de objetos con etanol o lejía.
Asimismo, indicó también que no censuran que sean llevado a cabo los funerales, pero si se requiere realizarlos con suma cautela.
Nueva York, un escenario de drama
En el caso de Estados Unidos, la Ciudad de Nueva York, catalogada como el epicentro de la pandemia en ese país, imágenes realmente dolorosas han sido difundidas por los medios. Un ejemplo, es el de un camión refrigerador frente al Hospital de Brooklyn. Un espectador desde su vehículo pudo mostrar como los cuerpos estaban siendo cargados, así como también una enfermera compartió como se veían los cuerpos dentro de otro camión refrigerador para ser sacados de un hospital.
El alcalde neoyorquino, Bill de Blasio, comentó que las “sepulturas temporales” podían ser necesarias hasta que la crisis haya pasado.
La cantidad de entierros se han magnificado. Explican las autoridades que antes se organizaban un día a la semana y ahora deben hacerlo cada cinco, según datos de las instituciones penitenciarias de Nueva York.
De acuerdo a los datos recopilados por la Universidad Johns Hopkins, más 19.500 personas han fallecido y casi 270 mil contagios han sido confirmados en la ciudad.