Caracas, ciudad de deforestaciones

Por: Alfredo Di Cesare

Caracas, capital de Venezuela, está conformada por cinco municipios y una superficie total de más de 700 km2. Durante el 2021 ha sido pública y notoria la tala de árboles en varios sectores de la ciudad.

Según cifras de la Organización Ciudad Laboratorio, más de 300 árboles han desaparecido en cuatro municipios del área metropolitana de Caracas entre el 20 de mayo y el 17 de junio de 2021.

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Hasta 2018, solo en la capital, 1.076 árboles habían sido deforestados. 13 % de las especies endémicas de árboles está en peligro de extinción, de acuerdo con un estudio de caracterización de los Espacios Públicos del Banco de Desarrollo de América Latina.

Recientemente, las organizaciones ambientalistas y la sociedad civil han denunciado por diversos medios la deforestación que se lleva a cabo en calles y zonas residenciales de Caracas.

Venezuela, ¿un país menos verde?

Caracas puede ser considerada como una ciudad verde debido a su gran cantidad de vegetación y el pulmón vegetal de El Ávila, aunque la deforestación de distintas especies de árboles para implantación de palmeras, es progresiva y evidente.

La legislación venezolana, específicamente la Ley de Bosques, establece criterios por los cuales se poda o tala un árbol.

Según los preceptos nacionales en materia ambiental, el poder municipal puede otorgar autorizaciones para la tala y poda de árboles con fines de seguridad y mantenimiento, excepto las especies en veda, que deben contar con el visto bueno del Ministerio de Ecosocialismo (antes de Ambiente).

Chacao y Baruta figuran como los municipios donde es más vistosa la deforestación. Ante este hecho, Gustavo Duque, alcalde de Chacao, aseguró no ser responsable debido a que en su gestión “solo se han talado tres árboles que intervenían con tuberías de agua o gas”, reseñó Unión Radio (UR).

Duque, además explicó que “se han iniciado procedimientos en el municipio contra privados que compran terrenos y luego talan los árboles que están dentro de los mismos, sin los permisos adecuados”, asimismo, la autoridad municipal indicó que “los permisos vienen de parte del Ejecutivo”.

En esta misma línea, Darwin González manifestó que la alcaldía de Baruta no tiene “como política la tala”, de acuerdo con lo publicado por UR.

La deforestación de árboles en Venezuela será contraproducente y afectará el día a día del ciudadano. Según la ONG Clima 21, estos son algunos de los beneficios de los árboles en la región:

  •  Disminuyen la temperatura, ofrecen sombra y aminoran el ruido de la ciudad.
  • Absorben el dióxido de carbono y liberan oxígeno.
  • Refugio de fauna silvestre (aves, perezas, ardillas, etc.).
  • Contribuyen a detener la proliferación de polvo.
  • Purifican el aire.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) establece que en las ciudades debe haber un árbol por cada tres personas. En Caracas hay un aproximado de cuatro millones de habitantes en promedio, pero no existe una cuantificación oficial de árboles.

¿Por qué ocurre?

Fritz Alejandro Sánchez Ojeda, periodista ambientalista y desarrollador de proyectos Ecoturísticos, conversó en exclusiva con VPItv sobre los pormenores de esta situación en el país caribeño y particularmente en Caracas.

“La balanza se inclina a una razón u otra. En la región central, la tala atiende más al avance de urbanismos e invasiones de espacios públicos por parte del comercio informal, mientras que en el oriente del país la deforestación urbana y áreas rurales circundantes se debe a la utilización de la madera para cocinar; mientras, al Sur del Orinoco el cambio de uso del suelo (desmontes para ganadería y agricultura), así como la minería ilegal y en menor grado la extracción ilegal de recursos forestales para su comercialización serían las principales causas”, explicó.

Para Ojeda, Venezuela sufre “una tala generalizada de sus recursos forestales”.

“Un proceso que se ha visibilizado con mayor fuerza en los últimos años, pero es un proceso que lleva décadas realizándose”, precisó.

El ambientalista hizo referencia a un informe elaborado por la organización Provita, donde señala que entre 2010 y 2015 fueron deforestadas 2.822.000 hectáreas en Venezuela, “en cinco años se eliminó una cobertura boscosa casi del tamaño del Parque Nacional Canaima”, señaló.

 “Una legislación de letra muerta”

El periodista especializado en la materia aseguró que la legislación en materia ambiental en Venezuela es  “letra muerta y punto de partida del desastre que hoy vemos con mayor recurrencia y estupor. Y a ello, debe sumarse la ausencia de planes de manejo, de diagnóstico, control y mantenimiento fitosanitarios de los árboles en las ciudades”.

La última Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) estuvo marcada por las reiteradas alocuciones que enfatizaron en la crisis del medio ambiente.

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Colombia, país vecino, aseguró a través de su presidente, Iván Duque, que cuentan con una legislación propia con la que expandirán exponencialmente las energías renovables para multiplicar por 20 la capacidad instalada y lograr cero deforestación.

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Mientras que del otro lado de la frontera, Venezuela “ha involucionado en materia ambiental. El desmantelamiento de las instituciones nacionales que rigen la materia, el desconocimiento -en la práctica- de acuerdos internacionales que se han suscrito”, serían algunas de las razones, destacó Fritz.

“Venezuela por ser un Estado miembro del Convenio Ramsar debería atender y corregir las fugas de petróleo de la empresa estatal Pdvsa en las costas venezolanas, pero su accionar ha sido nulo. El Refugio de Fauna Silvestre de Cuare en Falcón y Morrocoy -espacios protegidos por el Convenio Ramsar-, no solo están en peligro su diversidad biológica por los constantes derrames, sino que incluso la administración de Maduro  ha permitido que cerca de allí se levanten construcciones que han provocado que la zona comience a secarse”, enfatizó.

El también desarrollador de proyectos Ecoturísticos opinó que “Venezuela, antes de la llegada del Socialismo del Siglo XXI, era considerada una de las naciones con la mejor legislación en materia ambiental del continente”.

Además, mencionó que el país caribeño no suscribió el Acuerdo de Escazú promovido por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) de las Naciones Unidas por no “estar interesado en dar acceso a la información pública, participación ciudadana y acceso a la justicia”.

“Mismas razones, dejan a Venezuela fuera del acuerdo global para frenar la deforestación en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2021 (COP26), recientemente celebrada en Glasgow, Escocia”, agregó.

Venezuela, un país más caluroso y ruidoso debido a la deforestación

Fritz Sánchez puntualizó de lo que se perderá el país debido a la tala de árboles.

  • Los árboles son la columna vertebral de los ecosistemas naturales.
  • Los árboles almacenan 50 % del carbono terrestre del mundo y amortiguan el efecto de eventos climáticos extremos.
  • Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), la ubicación estratégica de los árboles en las ciudades puede ayudar a enfriar el aire entre 2 y 8 grados Celsius, lo que reduce el efecto urbano de isla de calor y ayuda a las comunidades urbanas a adaptarse a los efectos del cambio climático.
  • Las especies arbóreas son hogar y proveen alimento a aves, mamíferos, anfibios, reptiles, insectos y microorganismos. La extinción de una sola especie de árbol puede ocasionar un efecto dominó, facilitando la pérdida de muchas otras especies.
  • El ruido en los centros poblados también es un problema. Los árboles en las ciudades forman una barrera que protege a los hogares del ruido de avenidas, del sector comercio o industrial.

¿Hay solución?

El comunicador especializado en el área fue enfático al afirmar que la única forma de evitar la deforestación generalizada en el país es cumpliendo la legislación vigente, pero eso implicaría “un cambio de administración política en Venezuela a todo nivel, pues es precisamente el Socialismo del Siglo XXI quien apadrina, impulsa y/o garantiza la impunidad en los procesos de devastación ambiental en el país”.

“En este sentido, las responsabilidades son compartidas, iniciando por las Alcaldías, gobernaciones y finalmente la administración de Maduro por omisiones y/o acciones en el cumplimiento de las leyes y normas que rigen la materia ambiental en Venezuela”, aseveró.

Durante el 2021, parte de la ciudad capital tuvo que enfrentar una  intervención urbana y ambientalista a fines de regular las condiciones urbanas de ornato y estética en la que se obligó a pintar fachadas o muros laterales de un color gris.

Además, Nicolás Maduro asomó su intención de realizar una “ciudad comunal” en El Ávila, lo que acarrearía una deforestación masiva de la montaña. Finalmente, también enfrenta la pérdida de más de 300 árboles en el segundo trimestre del año.

De acuerdo con Ojeda, estas acciones responden a “estrategias para generar un estado de ánimo apático en la población, tristeza y resignación. ¡Sin espacios que generen esperanza y libertad como para mí es ver el Ávila!”, culminó.

Caracas ya no es una ciudad de despedidas, ahora es una ciudad de deforestaciones.

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