El gobierno de Nicaragua, bajo las órdenes de su presidente Daniel Ortega, expulsó al menos a un sacerdote extranjero y perseguido a varias personas creyentes de la fe católica por celebrar actividades referentes a la Semana Santa.
El sacerdote identificado como Donancio Alarcón, de nacionalidad panameña, encargado de dos iglesias que pertenecen a la diócesis del obispo Rolando Álvarez, fue sacado del país el pasado lunes por las autoridades nicaragüenses y trasladado a la frontera con Honduras para luego indicarle que “usted ha salido del país y no puede ingresar más”.
*Fraile claretiano panameño se encuentra bien y seguro, después de su expulsión de Nicaragua*
Radio Hogar, radioemisora de la Arquidiócesis de Panamá, localizó hasta Honduras al padre Donaciano Alarcón, misionero claretiano panameño qué fue expulsado de Nicaragua @RadioHogar pic.twitter.com/e7dr1Dqlbn
— Arquidiócesis de Pmá (@ArquiPanama) April 4, 2023
“Cuando iba a la misa crismal, ellos (la policía) me dijeron que me iban a expulsar del país, o que me iban a echar preso porque todas las homilías del domingo las habíamos dedicado al obispo Álvarez y que estaba organizando procesiones. Yo les dije que era mentira”, señaló el sacerdote a Radio Hogar, de la Arquidiócesis de Panamá.
Esta expulsión y la persecución de los feligreses responden a las prohibiciones del gobierno de Ortega a celebrar actividades en Semana Santa, que según algunos expertos en política y derecho, se debería al temor del presidente a un posible levantamiento del pueblo en las calles como ocurrió hace cinco años (2018) cuando las protestas dejaron 300 fallecidos por la represión de las manifestaciones.
Nicaragua vive bajo un régimen de excepción de facto, según la definición de distintas organizaciones de derechos humanos, llevando al gobierno a prohibir todas las manifestaciones, incluidas las religiosas.
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