Consumir carne de pollo es una buena opción para el sistema nervioso y ayuda en la pérdida de peso.
Así lo comentó la nutricionista Olga Karabliova al medio digital Sputnik, quien también explicó que este rubro “es un alimento dietético, que no irrita el tracto gastrointestinal y se puede consumir si se sufre de gastritis o pancreatitis”.
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La dietista recomendó hervir el pollo y cocinarlo a vapor sin la piel.
La pechuga de pollo contiene entre 160 y 170 calorías por cada 100 gramos. También es rica en proteínas que permite una buena digestión, a diferencia de la carne de cerdo.
A pesar que el pollo es una fuente rica en fósforo, hierro, vitaminas y fortalece el sistema inmune, no es recomendable consumirlo todo los días.
“Se puede comer diariamente. Tendrá un buen efecto en los músculos y en el sistema óseo. Pero es mejor incluir el pollo en la dieta dos o tres veces a la semana y alternarlo con el pescado, la carne roja y fuentes de proteínas vegetales”, afirmó Korabliova.
