El dirigente de la Causa R, Andrés Velásquez, aseguro que la unidad democrática ya no existe, además de confirmar que algunos dirigentes de la oposición venezolana cohabitan con Nicolás Maduro. Estas y otras reacciones fueron respondidas al periodista Isnardo Bravo en su programa 20-20 personal
“Lo del 20 de mayo eran unas elecciones presidenciales que no correspondían para esa fecha. Se convirtió en una farsa electoral al ser convocada 10 meses antes del vencimiento del período por un órgano electoral que no goza de ningún tipo de credibilidad e institucionalidad”, comentó.
“Trampearon los comicios electorales de gobernadores, vinieron prestándose para hacer lo que querían hacer. Hasta la propia empresa que dirigía el proceso automatizado denunció que se habían manipulado los resultados”, aseguró.
“El hecho de ir a la de gobernadores fue porque eran unas elecciones que estaban vencidas desde diciembre de 2016”, aclaró.
“No convocamos todavía a la huelga, fue un primer paro, como dirigente sindical, cuando íbamos a un reclamo con el patrono que no podíamos resolver en negociaciones y se trancaba la solución al reclamo reivindicativo, convocávamos a paros escalonados y una Operación Morrocoy, si la cosa se ponía muy ruda amenazábamos y de no obtener resultado pasábamos a la huelga indefinida”, detalló.
“Fue un primer paso de una cadena de actividades, de una cadena de paros escalonados para construir un músculo y la moralización necesaria, la capacidad de lucha de nuestro pueblo, la unificación de todos los sectores que vaya en la unificación de una lucha que no sea con motivo electoral”, afirmó.
“El cambio histórico que fue paralizado era esa transición natural que había decidido dar el pueblo en 1993 con Andrés Velásquez, pero hubo acuerdos subterráneos de sectores de izquierda que estaban con Hugo Chávez que terminaron apoyando a Caldera y lo lógico era que apoyaran mi candidatura”, recordó en relación a las elecciones presidenciales de 1993 en la que fue candidato.
“La sentencia del TSJ en el exilio tiene importancia, yo aplaudo y respaldo esa decisión. Están en el exilio no porque quisieron irse de paseo. Le pediría a la oposición coherencia, acción y ganas en el marco de una unidad genuina de cambio para salir de esto lo más pronto posible”, agregó.
“No sirvió para nada dialogar en el 2014 y eso lo dije el mismo día que sucedió eso. Me arrepiento de no pararme y retirarme en plena reunión. Ahí yo presenté algo concreto con la Ley de Amnistía y nadie le paró”, acotó.
“El planteamiento que estamos haciendo es de una unidad de acción, ojalá podamos plantearnos una sola plataforma. De repente Maria Corina no está de acuerdo en que esté presente algún actor político, pero podemos coincidir en acciones. Yo no dejo de trabajar en esa dirección de lograr construir en Venezuela esa unidad de acción”, expresó.
“María Corina y yo tenemos una idéntica caracterización del régimen y hay que enfrentar con la lucha de la mayoría de la población venezolana. Mantenerse tanto tiempo en lo que llamaban la MUD pudo haber sido un error”, dijo.
“Este régimen acabó con la libertad y autonomía de la agrupación sindical en Venezuela. No es ni la sombra del sindicalismo que impulsamos. Yo no hago política para ser candidato, somos candidatos consecuencia de la política que ejercemos”.
“La maldición que existe en la política venezolana es que los líderes tienen metido entre ceja y ceja que todos son candidatos o quieren la presidencia sin percatarse que primero hay que salir de esto para ser candidatos. Yo no quiero ser candidato de nada, lo que quiero es que salga esta dictadura”.
“Estar tras las rejas es el riesgo que uno toma cuando decide enfrentar a una dictadura. Hay muchos políticos que gozan de mi absoluto respeto y reconocimiento. Con la gobernación de Bolívar me dejaron solo los partidos políticos, no tuve respaldo necesario para dar la pelea”.
“Si hay actores políticos de oposición que cohabitan con la dictadura, el caso del MAS, Henri Falcón, Claudio Fermín que se metió también en ese combo y otros cuantos que no son jefes de partido, pero son activistas políticos y opinadores de oficio que les encantaría que el gobierno les de una enchufadita”.
“A la Asamblea Nacional le falta más combatividad”, sentenció Velásquez.
