Braulio Merino: Sólo muy pocos venezolanos pueden acceder a los alimentos con precios dolarizados

Se repite la historia. El gobierno ordenó la importación desmedida de alimentos para llenar los anaqueles vacíos desde hace años como consecuencia de sus políticas desacertadas en materia económica. Sin embargo, en este capítulo no hay precios “justos” ni un margen tope de ganancia de 30%: los precios están dolarizados mientras el venezolano de a pie sigue devengando un depauperado salario mínimo en bolívares.

Nota de Prensa

El nivel de desespero del gobierno es tal, que hoy está dando facilidades de importación a aquellos empresarios que, con recursos propios, están dispuestos a inundar los anaqueles con productos de primera necesidad (entiéndase comida, rubros de limpieza y de higiene personal), pero la realidad es que “sólo muy pocos venezolanos podrán acceder a alimentos a precios dolarizados”, aseguró el miembro de la dirección regional de Primero Justicia en el estado Bolívar Braulio Merino.

Para estos regímenes totalitarios de izquierda todo lo que huela a empresa privada es visto como un atentado a los “intereses colectivos”. No obstante, su falta de convicción los hace caer en el doble discurso de atacar, por un lado, a los productores venezolanos y, por el otro, favorecer a empresarios de otros países en detrimento de los locales.

“El problema de Maduro y su equipo de enchufados es que están atrapados en un dogma político – económico (el socialismo marxista), que los llena de contradicciones y los lleva a tomar decisiones equívocas. Trabajan para destruir la propiedad privada de los medios de producción nacionales y centralizarlo todo: es el Estado quien decide qué se importa, qué se come, qué se produce, para quién se produce y cuánto se produce, pero ésta es la máxima expresión del capitalismo de Estado”, explicó Merino quien es economista de profesión.

El dirigente justiciero señaló que cadenas de supermercados, bodegas, taguaras y abastos de todo el país están abasteciendo sus anaqueles con alimentos y productos de primera necesidad traídos de Brasil, Colombia, Panamá, Trinidad y Tobago y hasta Estados Unidos, “pero el venezolano de a pie no podrá tener acceso a ellos porque su salario no alcanza para lo elemental, se volvió sal y agua desde hace mucho tiempo.

El bolívar no tiene valor absoluto frente a la divisa estadounidense”, recalcó, al recordar que en apenas cinco meses la moneda nacional se ha devaluado 350% en comparación con el dólar Dicom y en más de 500% en comparación con el dólar paralelo. A esto se suma el hecho de que la inflación anualizada de septiembre 2015 a septiembre 2016 supera con creces la cifra de 400%.

“Esta gente está empeñada en acabar con lo que queda de producción nacional. Sólo controlando la producción o importación, distribución y comercialización de alimentos, el gobierno podrá doblegar absolutamente a la población. Así funcionaron las mentes macabras de la extinta Unión Soviética y de la China comunista y siguen operando las de la Cuba castrista”, manifestó.

Lo que este tipo de gobiernos no revela es que mientras el 99,5% de la población trabaja para endeudarse o sobrevive en la miseria absoluta, menos del 1% usufructúa los recursos que se supone son de todos los habitantes del país.

“En Rusia hay 10 familias multimillonarias, burócratas que se enriquecieron sin producir algo y que hoy dominan todas las áreas lucrativas del país como el petróleo y el gas; la nieta de Mao Tse Tung es considerada la mujer más rica de China sin que haya producido un clavo; el hijo de Fidel Castro, Antonio, es el hombre más acaudalado de Cuba sin que su brazo haya cortado una sola caña de azúcar”, detalló Merino.

En Venezuela se repite la misma historia de Rusia, China y Cuba. ¿Cómo justifica Rafael Ramírez, por ejemplo, que él y su grupo familiar y de amigos más allegados tengan fortunas cuyo origen no pueden demostrar.

Ejemplificó con el caso de María Gabriela Chávez, hija de Hugo Chávez, que no puede justificar sus cuentas bancarias con más de siete cifras si no tiene empleo fijo y no se le conoce actividad productiva alguna. Merino recordó a Manuel Barroso, quien está libre de investigación aunque repartió más de 25 mil millones de dólares a empresas de maletín.

Además, apuntó que Pdvsa, el Fonden, el BVC y el Ministerio de Finanzas son cajas negras sobre las cuales no existe algún tipo de control.

“Seguimos en presencia de un gobierno que despilfarra sin control alguno. El problema no es que no hay plata es que se han robado todo lo que ha entrado en 18 años. Para ponerles un ejemplo: en el último quinquenio de Rafael Caldera el país se manejó con 50 mil millones de dólares a razón de 10 mil millones de dólares por año y en éste, que es el peor año de la revolución, se están manejando recursos por el orden de los 45 mil millones de dólares. ¿En qué han gastado esos reales?”, se preguntó el dirigente justiciero.

En Venezuela todos, a excepción de los enchufados, trabajan para endeudarse. El bolívar cada día vale menos y el gobierno lo sabe porque responde a ello sólo con aumentos de salario y de ticket de alimentación cada tres meses sin atacar el problema de fondo.

 

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