El 12 de junio se celebra el Día de San Onofre. Nació en lo que es la actual Etiopía y de acuerdo con la tradición, fue hijo de un príncipe egipcio que vivió en el siglo IV.
Se cuenta que su padre lo arrojó a las llamas como prueba de si era o no hijo adulterino. Onofre probó su legitimidad al salir ileso.
De niño creció en el monasterio de Hermópolis, en la Tebaida Egipcíaca. De adulto abandonó el cenobio y marchó a vivir de ermitaño.
Una cueva entre acantilados, cerca de Göreme, en Capadocia, en la actual Turquía, fue su sitio ideal y allí vivió 60 años sumido en profundas meditaciones.
Cuenta la tradición que se alimentaba exclusivamente de dátiles y bebiendo agua. También se dice que un ángel le llevaba pan diariamente, y los domingos la Eucaristía.
En la actualidad San Onofre es un santo muy venerado por los cristianos. Es el santo patrono de la ciudad de Munich y del principado de Mónaco, así como de los tejedores y de quienes buscan casa propia.
En iconografía se representa como un anciano demacrado, sin ropa, de largos cabellos y barba.
Parte de lo que se le pide a San Onofre para los practicantes de la religión católica es trabajo, se le conoce en muchos sitios como el patrono de los desempleados.