Cuando la escasez crónica de alimentos en Venezuela comenzó a intensificarse, Naman Wakil, un ex vendedor ambulante que ganó millones de dólares suministrando carne a los programas de alimentos del gobierno socialista, decidió compartir la riqueza.
Wakil ordenó a sus banqueros suizos que transfirieran 5,9 millones de dólares a familiares del Ministro de Alimentación del estado, Carlos Osorio, que le habían dado los contratos de carne, según muestran los registros bancarios. Los legisladores venezolanos calificaron esta serie de pagos entre 2012 y 2013 como “transacciones sospechosas” en un informe oficial.
“Llámalo como quieras -sobornos, comisiones- es corrupción”, dijo el legislador Ismael García, quien ayudó a escribir el informe y ahora vive en el exilio en Costa Rica. Ni Wakil ni Osorio han sido acusados penalmente, pero los fiscales estadounidenses están investigando los contratos de Wakil como parte de una amplia investigación de la corrupción venezolana, según dos personas familiarizadas con la investigación.