La violencia en las protestas antigubernamentales en Nicaragua se ha intensificado a medida que avanzan los meses. Fuerzas combinadas integradas por grupos policiales, paramilitares miembros del frente sandinista y afectos al Gobierno de Daniel Ortega, han arremetido contra manifestantes encapuchados que responden las balas de AK-47 y granadas, con morteros caseros, chinas, piedras y bombas molotov.
Esta es una desigualdad de condiciones que preocupa a las naciones democráticas de todo el mundo que han instado al Gobierno nicaragüense a garantizar los derechos humanos de sus ciudadanos.
Así lo hizo el Gobierno de Chile, dirigido por Sebastian Piñera, a través de un comunicado en el que condenaron “con fuerza e indignación la perdida de más de 350 vidas”, e instó a la administración de Ortega a poner fin a esta situación.
Por su parte, Paulo Abrāo, secretario ejecutivo de la Comisión de Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), celebró la construcción de la “solidaridad internacional” ante la crisis en el país centroamericano, tras el repudio a la arremetida violenta contra estudiantes de la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN), por parte de paramilitares.
Excelente declaración de @sebastianpinera sobre la crisis en Nicaragua.
Es crucial que otros presidentes de la región se sumen a esta condena. pic.twitter.com/ooGrEHUJbU
— José Miguel Vivanco (@JMVivancoHRW) July 15, 2018
Así se va construyendo la solidariedad internacional: #Chile, #México, #CostaRica, #Panamá, #Peru, #Argentina, #Brasil publicaron notas rechazando la violencia contra la #UNAN y los estudiantes en Managua, #Nicaragua.
— Paulo Abrāo (@PauloAbrao) July 15, 2018