Este viernes los trabajadores de PDVSA La Campiña protestaron por la ausencia de respuesta por parte de la gerencia al reajuste salarial y a fallas de beneficios como el CLAP que han desmejorado de manera significativa la calidad de vida del trabajador.
Los consultados aseguraron que durante la semana han entregado a los empleados las bolsas CLAP pero su distribución fue interrumpida por el asueto de Semana Santa, que comenzará desde el próximo lunes por decreto presidencial, situación que alteró los ánimos de los asalariados, pues explicaban que en sus casa no tienen comida. La seguridad fue reforzada con equipos anti motín.
Denunciaron que las bolsas de alimentos son entregadas cada tres meses y el costo alcanza casi los 400 mil bolívares. Un trabajador petrolero de carrera y con maestría gana 1 millón 200 mil bolívares, con el reajuste que acaba de anunciar el Ejecutivo Nacional; ingresos que no cubren la canasta básica.
A las exigencias de mejoras salariales se suman la deficiencia de transporte, sus vehículos están paralizados por falta de repuestos. La semana pasada también se registró una protesta en el lugar; el mismo presidente de PDVSA, Manuel Quevedo, tuvo que bajar a atender la demanda de los trabajadores de La Campiña quienes exigían que las rutas a San Antonio de Los Altos no fueran eliminadas; así como la solicitud de viviendas, más del 80% de los empleados de la principal industria del país no posee casa propia pese a que PDVSA financia las políticas de vivienda de la nación.
